Para celebrar el Centenario de la Independencia de nuestro país, en 1910 se construyó un monumento a la Corregidora Josefa Ortíz de Domínguez, en el Jardín de Santo Domingo en la ciudad de México. El poeta Manuel Gutiérrez Nájera, avecinado en Querétaro durante un tiempo, escribió su última poesía para celebrar la colocación de la primera piedra de este monumento.
Al viejo primate, las nubes de incienso;
al héroe, los himnos; a Dios, el inmenso
de bosques y mares solemne rumor;
al púgil que vence, la copa murrina;
al mártir, las palmas; y a ti —la heroína—
las hojas de acanto y el trébol en flor.
Hay versos de oro y hay notas de plata;
mas busco, señora, la estrofa escarlata
que sea toda sangre, la estrofa oriental:
y húmedas, vivas, calientes y rojas,
a mí se me tienden las trémulas hojas
que en gráciles redes columpia el rosal.